Aquellas paredes
En el Instituto, a la hora de la siesta, comienza la lluvia primaveral: lluvia de esperanzas, tristezas y ansias, lluvia que cae sobre estudiantes de secundaria. Lluvia que sabe que están a días de su semana, en dónde las carpetas, trabajos y evaluaciones quedan en olvido - aunque sea por unos instantes.
Por los pasillos mojados, entre medio de cántaros de agua y quietud plena, se forman las primeras huellas: pequeñas, medianas y grandes. Las pequeñas pasan a ser medianas, y las medianas a grandes, hasta que vuelven a cruzar las pequeñas y así se mezclan las unas y las otras, así hasta desaparecer por completo, dejando solo rastros humedecidos y trozos de barro.
Aquellos pasos cuidan el tiempo, controlan los minutos y tal vez los segundos. Pasos que corren hacia las aulas, hacia los baños, y hacia el playón; pero por sobre todo, entre pasillos secretos se encuentran pasos que suben las escaleras una y otra vez, a veces sin ser vistos, a veces solos o a veces acompañados; pero siempre aparecen en el mismo horario y se dirigen hacia el mismo lugar: lugar donde las paredes ya no son paredes y, en donde los libros se transforman en bocas cerradas, resguardan aquella atmósfera de historias, de mesas pegadas, de figuras que se encuentran con otras figuras, o que quizás se encuentran a ellas mismas. Sí, se dirigen hacia la biblioteca, sitio en donde a las palabras no se las lleva el viento, quedan allí intactas, a la espera de volver a escuchar tiernas voces, que traen consigo risas, quejas, anécdotas y planes. Sí, porque se acerca la semana del estudiante…
Allí, ubicados en la primer esquina cerca de la ventana, se encuentran un grupo de jóvenes, se los oye triunfantes:
- ¿Buscamos a alguien que se disfrace de Messi o de Barby? Tenemos que sumar puntos en ese juego.
– Yo opino que de Messi- acota el compañero de al lado, como ganamos el mundial y todos los quieren.Además, este es nuestro último año...y en medio de una pausa, se encuentran nuevas sensaciones, los ojos se vuelven brillosos y los labios forjan una leve sonrisa.
Aquella paredes oyen, ven, callan y guardan. Y ahora, observan la otra punta de de la biblioteca. Allí se encuentran tres amigos, reunidos alrededor de la mesa: el de estatura mediana y cabello negro, es el encargado de cebar los mates, enfrente de él, un adolescente de cabellos rubios concentrando en la mezcla de las cartas.Se escuchan sus voces:
- Dale, Rafa, te toca cortar a vos.
-No, pero así no se juega - le dice Dani, el de cabellos castaños, quién esta en el medio de aquellos traviesos.
Y así entre medio de risas y reproches juegan, miran la hora, miran la hora y juegan, para saber si alcanzará otra jugada, o si deberán dejarlo para el día de mañana.
Después están las figuras que rondan, casi inexistentes, son los nómades literarios, van hacia las paredes de libros en busca de novelas. Recorren de punta a punta. De pronto unas manos sujetan un libro - tal vez no debería llevarlo porque está semana no tendré tiempo de leerla- piensa la niña de cabello cortos y lentes enormes, e igual al ver la portada imagina por unos instantes aquel amor adolescente y en su rostro se dibuja una leve sonrisa que la lleva a dejar su nombre en el registro. Su silueta, se pierde entre los pasillos. ¿ Volverá? sí, volverá cuando aquellas palabras terminen en un punto final. Volverá desolada, entregará aquellas páginas y se preguntará si todos los libros que elije terminarán así, y pensará en la vida misma, vida que parece ser bella, pero que esconde su trágico final. Dirá que no querrá llevar más libros, solo será hasta que una nueva imagen la ilusione y se volverá a perder en aquellas páginas y pensará que no todas las obras tendrán el mismo final, y volverá a pensar en la vida misma, y volverá a sonreír.
Y así, entre medio de murmullos, risas y lamentos, llegará la hora en que las puertas se cerrarán.Las paredes guardarán en su memoria aquellas siluetas, aquellas voces, aquellas historias. Los pasillos quedarán desolados y terminará la lluvia, pero solo será hasta que pasen unas horas y todo volverá a comenzar.
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